POR: Jureci Machado: JURECI NUTRICIONISTA del Centro Integrado de Terapia Onco-Hematológica – CITO.

El aluminio se absorbe en nuestro organismo a través de nuestra alimentación y del aire que respiramos, pero solo una fracción se absorbe, porque los pulmones, el estómago y los riñones trabajan juntos para eliminar más del 95% de la cantidad total ingerida.

Estudios recientes muestran el impacto de este metal en el organismo y la ocurrencia de enfermedades neurodegenerativas, especialmente el Alzheimer, enfermedades autoinmunes e incluso cáncer de mama.

También se observa que las personas con exceso de aluminio en el organismo pueden tener alteraciones crónicas de problemas intestinales, como el síndrome del intestino irritable o el empeoramiento de las hemorroides, hinchazón abdominal y mala digestión, problemas en la piel, dolores en las articulaciones y los músculos, caída del cabello, pérdida de peso, fatiga, entre otros síntomas.

Ingerimos aluminio cuando utilizamos ciertos productos: pasta dental, desodorante antitranspirante en roll-on, cosméticos (rubor, sombra de ojos, lápiz labial, base, polvo compacto, rimel, delineador de ojos, lápiz de ojos y labios, crema hidratante para el cuerpo y la cara, entre otros...), esmaltes de uñas, jabones líquidos y en barra, medicamentos: en antiácidos, utensilios de cocina: sartenes, ollas, moldes para pasteles y pan, cubiertos, etc. al pasar aluminio a los alimentos cocidos. También existe el riesgo de tragar aluminio al raspar el fondo de estos recipientes.

Envases de alimentos: las latas de bebidas son peligrosas si el producto es ácido (zumos de frutas, refrescos...); papel de aluminio (evitar cocinar pescado en el horno envuelto en estas hojas, con jugo de limón); envases que a veces pueden contener aluminio en contacto con el líquido.

En nuestra alimentación, el aluminio está contenido en aditivos alimentarios: anticoagulantes, endurecedores, fermentos, emulsionantes, colorantes, acidulantes... Algunos son solubles y pueden atravesar la pared intestinal.

Por lo tanto, evitar productos ultraprocesados es parte de la desintoxicación, además de incluir rutinariamente en la dieta frutas y verduras en general, preferiblemente orgánicas, pero especialmente col rizada, brócoli, wasabi, lactobacillus, entre otros.

Es de suma importancia modular la microbiota intestinal también eliminando los alimentos que les causan malestar, ya que terminan irritando las paredes intestinales y disminuyen la eliminación.

Por lo tanto, para aquellos que tienen un exceso de aluminio en el organismo, se debe adoptar una reeducación alimentaria y hacer que la alimentación sea lo más natural posible, cuanto menor sea la inclusión de productos industrializados, mejor será el resultado y la eliminación del problema.

Pelar más y desempacar menos.
 

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